domingo, 29 de diciembre de 2013

Hombre precavido



He bebido como un cosaco, demasiado. Apenas puedo mantener el paso recto por las calles. Discuto con mi mujer, y me grita. Me grita mucho. Me dice que no quiere volverme a ver. 
Que me deja.
Termino de madrugada, desorientado por las calles, intentado recordar donde había dejado aparcado mi coche. Cuando lo encuentro, me doy cuenta de que he perdido las llaves.
Me relajo e intento tranquilizarme. Suerte que mi mujer siempre guarda una copia de la llave del vehículo, y en su momento, por lo que pudiera pasar,  puse todos los papeles del coche a su nombre.

Menos mal que soy un hombre que piensa en todo.

Daniel Fopiani







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