lunes, 31 de marzo de 2014

Nº3

Aquí está el tercer número de nuestra revista literaria, con un especial dedicado a Julio Verne y muchas historias que os encantarán.
No esperéis más ¡Es gratuita!
Pinchad en la imagen y empezad a descargarla.





 

domingo, 30 de marzo de 2014

5.000 visitas



Así es amigos.
5.000 son las visitas que suman ya este blog. Lo único que pretendemos en este sitio es escribir, y hacerlo de la mejor manera que somos capaces para hacer justicia y representar la cultura literaria de nuestra tierra.
Luchemos por la literatura gaditana y por que la lectura tome la importancia que se merece entre nuestros habitantes.
Gracias por vuestro apoyo, esperamos que disfrutéis de Relatos sin contrato durante mucho más tiempo.
Gracias.
De corazón.
¡¡A por las 10.000 pesetas!!




 

sábado, 29 de marzo de 2014

Cadenas




La criatura parecía un hombre, pero bien sabía Abe que no lo era. Tenía brazos y piernas, torso, y cara con rasgos humanos. Incluso llevaba una holgada camisa blanca y unos anchos pantalones del mismo color. Tenía un sedoso pelo rubio y unos casi transparentes ojos azules.Eran como sus armas de camuflaje. Todo rezumaba humanidad. Pero igualmente lo rechazaba, Abe negaba su existencia, a pesar incluso de que lo conocía desde su adolescencia, de que lo había acompañado en su vida desde la oscuridad de su alma, e incluso haberla visto en sus infinitas formas abyectas en el caminar de sus días. Siempre había sabido ignorarla como el águila ignora el firmamento, pero ahora la criatura era más fuerte que nunca.

viernes, 21 de marzo de 2014

Sin curro

   - Bien, pues… ahora dígame que profesiones ha desempeñado antes de querer aspirar a este nuevo puesto de trabajo - me preguntó la señora seriamente trajeada.
   - Resumidamente - comenté- he trabajado de malabarista trapecista, de bombero torero y de payasote. Soy profesor de literatura española, showman, periodista, pintor, fotógrafo, estilista, sastre, pisamierdas, escultor, y en algunos ratos, administrador web. Soy bufón para el que lo quiera, constructor de puentes, filósofo bocachanclas, negrero, navegante, vendedor de libros por necesidad, economista, antologista, inventor sin vergüenza, crupier, detective en apuros…
La mujer, que había llevado desde un principio la iniciativa de aquella entrevista de trabajo, mostraba ahora una expresión de repentina sorpresa y confusión.
   - Me asombra que tenga usted tantos oficios, pero me temo que en el impreso solo hay hueco para poner una respuesta…
   - Está bien- contesté -, pues ponga que soy escritor.
Daniel Fopiani





 

martes, 4 de marzo de 2014

El viejo profeta

 

Estaba pasando una mala racha en mi vida. De esas en las que todo parece volverse en contra de uno mismo y nada sale bien. Mi alma lloraba continuamente por lo que por pura deshidratación espiritual, el alcohol irrumpió fuerte en mi rutina.
Recuerdo que una noche salí rápidamente por la puerta trasera de un bar y bajo la luz de una farola, me disponía a vomitar  cuando un viejo apareció junto a mí. Repentinamente se me quitaron las náuseas y me quedé mirándole fijamente. Sus ojos eran raros, como opacos. Llevaba un traje de chaqueta oscuro y fumaba un cigarro. De pronto me habló:

   —¿Malos tiempos muchacho?
Asentí lentamente sorprendido al pensar como sabría el viejo eso, sólo con verme dispuesto a vomitar. Era consciente de que la situación era un tanto surrealista.
   —No te sorprendas chaval, no temas. — me sonrió afablemente y le devolví la sonrisa.
   —Te voy a hacer un regalo — me dijo sentándose en el suelo junto a mí— Cuida de ti y de tu alma. Prepara tus ojos para lo que no se puede ver venir. El hombre mira hacia arriba buscando vida y explora el lecho marino buscando conocimiento. Todo en vano. Lo que va a venir no será de arriba ni abajo, sino de cada rincón oscuro que en tu vida cotidiana ignoras. De los temibles armarios de los niños, de debajo de las camas, de puertas encajadas que sólo albergan oscuridad, de lagos cenagosos y cuevas inhóspitas,… ¡de la mismísima madre noche! Enciende una vela por cada retazo de oscuridad de tu vida chaval, así estarás preparado.
Dicho esto se levantó ágilmente y se marchó. Aun dentro de mi congoja no pude evitar darme cuenta que a pesar de la luz de la farola, el viejo no tenía sombra bajo sus pies.

(Eugenio Mengíbar)